Se disputó a partido único el 24 de junio en el Camp Nou y fue posiblemente la final con el arbitraje más polémico sufrido por el Valencia, camiseta dinamarca obra del portugués Joaquim Fernandes de Campos. En la tercera final europea consecutiva esperaba el debutante Real Zaragoza. Diez temporadas en el Real Madrid, entre 1940 y 1950, su tanto ante Os Belenenses quedará para siempre en los anales de la historia. Se adelantaron los aragoneses con gol de Villa, en posible fuera de juego, y empató Urtiaga antes del descanso, con el Valencia dominando el partido.