Y los grabó también, sudorosos, sonrientes y orgullosos, retornando a nuestro local en la calle Marceliano Santamaría, para mostrar a los líderes las bufandas, mochilas y demás fetiches, que habían robado a los agredidos, después del partido. Mi cámara oculta los grabó cantando el Cara al sol, brazo en alto, en el Bernabéu, es verdad, pero también en mítines políticos de extrema derecha, en actos culturales, como el del cine Callao, o acompañando las letras de los grupos «patrióticos» en conciertos de música oí, tan explícitas como feroces, contra los inmigrantes, judíos, periodistas, etc.