El final no pudo ser más tenso porque en la última jornada el equipo recibía el 1 de mayo de 1983, siendo colista y casi desahuciado al descenso, a un Real Madrid al que le bastaba un empate para proclamarse campeón mientras que el Valencia necesitaba la victoria y una carambola esperando las derrotas de Racing, U. D. Las Palmas y Celta.