Iniesta quiso que aquella camiseta estuviera en poder del Espanyol, que ahora la muestra en un lugar privilegiado del estadio Cornellà-El Prat. El Atlético de Madrid también se apuntó a la moda de la camiseta negra la pasada temporada. Inexplicablemente la torre a la que siempre se aferra el Real Madrid en nombre de Tavares acabó desvaneciéndose. La capacidad física que hay que imprimir para recorrer kilómetros y kilómetros encima de una bicicleta llega a extenuar hasta a quien lo está viendo.