Una ofensiva total en las dos partes del campo, sin un segundo de pausa. Ya se retiran los artistas y solo queda en el centro del campo el logo del Mundial. No queda claro a quién se refiere exactamente el club azulgrana. De vez en cuando, una finta, una serie de regates inverosímiles o un pase impensado, pero exacto, le recordaba a la gente que ese chico era especial, que tenía música dentro y a la señal precisa le nacerían las alas.