Durante los discursos, la Plaza del Ayuntamiento rugía para ver a los campeones y fue sobre las 20:50 cuando los jugadores, uno por uno y visiblemente con cara de cansados después de tres días de celebraciones, aparecieron en el balcón para delirio de los miles de seguidores. «Os doy las gracias por estos días inolvidables. «Que bote Mestalla», cantaban al unísono miles de gargantas.