A su vez, estas posiciones se subdividen en los lados del campo en que los jugadores se desempeñan la mayor parte del tiempo. Por ejemplo, puede haber cuatro defensas, cuatro centrocampistas y dos delanteros (4-4-2); o tres defensas, cuatro centrocampistas y tres delanteros (3-4-3), y la cantidad de jugadores en cada posición determina el estilo de juego del equipo: más delanteros y menos defensas (por ejemplo 3-3-4) creará un juego más agresivo y ofensivo, mientras que lo contrario (por ejemplo 5-3-2) generará un juego más lento y defensivo.