Una retahíla de despropósitos que culminan con el cierre definitivo de la flagship de Oxford. Que no te den gato por liebre: debido a las compras por internet, cada vez es más fácil que nos cuelen una imitación. Por eso, cada vez más empresas ofrecen sus servicios a los clientes que desean saber si los productos que van a adquirir (o que tienen en sus armarios) son verdaderos.